Como no, tras toda la atención mediática que se le ha dado yo también me tenía que hacer eco de la noticia del mes en el mundillo ursino. Parece ser que en pocos días se han visto un macho subadulto y una hembra con su cría de segundo año en la zona del municipio de Pesaguero, en los alrededores del pueblo de Caloca.
Normalmente estos animales por estas fechas deberían estar invernando, lo que sucede es que debido a que los inviernos son cada vez mas suaves los osos han dejado de invernar. Sobre todo suelen quedarse sin invernar los subadultos y las hembras que tienen que pasar el segundo invierno con sus crías, que justo, son los ejemplares que se están viendo estos días.
Además es bastante raro que se concentren tres ejemplares en tan poco espacio ya que en la población occidental solo hay en torno a 30 ejemplares, en su gran mayoría machos, lo que esta impidiendo que aumenten los efectivos de esta población.
Es posible que en estos momentos en esa zona exista una gran disponibilidad de alimento, y eso halla hecho que se concentren en la zona todos estos ejemplares. Esto ocurre periodicamente cuando escasean los alimentos en otra zona, lo cual representa un peligro potencial para los osos, ya que en ocasiones puede haber 20 ejemplares de los 30 de la población repartidos cada uno por un vallejo de un valle. Esta vez ha coincidido que se ha visto a alguno, y se a armado el circo mediático.
El pescadero de San Vicente de la Barquera, que el sábado pasado, a mediodía, se dirigía hacia Caloca para vender su mercancía se encontró con un oso en medio de la carretera, que probablemente habría sido espantado por una batida de jabalí que se estaba celebrando en el monte de Margaperas.
Tras encontrarselo en medio de la carretera, empezó a pitar, lo que asusto y desconcertó al oso, que salio "pitando" en dirección al pueblo, para susto de un paisano, que se dio de bruces con el oso, ante la puerta de su casa, ante lo cual no daba crédito.
En la misma zona, desde antes de la caída de las primeras nieves, se venía localizando a una de las pocas hembras y a su osezno, que quizás sea el único osezno de de la cohorte del 2007 del núcleo oriental que sobreviva hasta su independencia, de ahí lo extremadamente raro del suceso.
Tras la caída de la nieve, se les pudo observar a 300 metros de la carretera y a plena luz del día, tras lo cual, el efecto llamada atrajo a curiosos, fotógrafos, naturalistas y como no los medios de comunicación que hicieron un book completo a la familia.
La gran mayoría de los que acudieron saben como comportarse y que código ético hay que utilizar para observar fauna amenazada, pero nunca esta de mas recordar que existe una distancia mínima establecida por ley, que hay que respetar en todo momento. A parte de la protección legal que hay que respetar a rajatabla, hay que tener un comportamiento adecuado a la situación ya que no son animales cautivos y cualquier interacción puede hacer que se espante y ese día no coma adecuadamente o que acabe metiendose dentro de un pueblo con los consiguientes problemas que pueden acaecer.
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