Desde hace meses se venían registrando ataques al ganado, a consecuencia de los cuales habían muerto unas 24 ovejas. Por ello la diputación bizkaina instalo unos cercados con ovejas viejas cedidas por los ganaderos de la zona, para detectar cuantos ejemplares había y para saber desde que dirección venían y hacia donde iban, para de esta forma poder rastrearlos y darlos muerte.
No se hacen batidas sistemáticamente por que hay tan pocos lobos (2 ejemplares) en tanto terrritorio (todas las Encartaciones) que el esfuerzo sería infructuoso. Por ello el pasado día 12 marzo después de muchos rastreos se considero que se conocía la ubicación de uno de los dos lobos que se habían detectado por los muestreos con la suficiente certeza como para organizar una batida.
Para ello se desplazaron a la zona guardas forestales de la Diputación Foral de Bizkaia y 30 ganaderos y cazadores de la zona. Finalmente, un cazador abatió al lobo en el Alto del Ubal. Pero curiosamente, el lobo no era lobo, era loba. Hace tiempo que no se cazaba una loba en el País Vasco y eso es debido a que los lobos que se encuentran en Álava y en Bizkaia son machos jóvenes, divagantes de la cercana provincia de Burgos. De hecho el lobo en el País Vasco es tan escaso que no se ha detectado su reproducción en años y por supuesto, sus filas están mermadas hasta tal punto que la población de todo Bizkaia era de dos ejemplares ayer mismo y hoy tras la muerte de esta loba se calcula que es de tan solo un ejemplar.
Este dato nos da idea de la “burrada” (con perdón para los burros) que es matar lobos en el País Vasco. Para que nos hagamos una idea, sería como si la Diputación Foral de Álava promoviese la caza de la única pareja de águilas perdiceras que anidan en todo Álava. O como si en Bizkaia se organizasen partidas por parte de la administración, para matar a un par de quebrantahuesos que hubiesen aparecido en Urkiola procedentes del Pirineo en un ataque preventivo, (no valla a ser que les de por criar...). Dios no quiera que algún pobre oso consiguiese llegar hasta aquí, por que iba a tener los días contados.
Lo cierto es, que intepretamos de una manera funesta estos episodios de ataques. Leemos que un lobo ha matado a 5 ovejas, y demonizamos al lobo. Cuando realmente el lobo no tiene culpa de haberse dado un festín. La culpa la tiene el propietario del ganado por abandonar a sus ovejas a su buena suerte. En las zonas en las que no llego a desaparecer totalmente el lobo, aun existen pastores que siguen ejerciendo de tales, y acompañan a su ganado y por supuesto lo guardan a las noches. En el País Vasco por lo visto ser “pastor” consiste en tener ovejas en el monte y atenderlas solo para recoger los beneficios. Una de las medidas tomadas por los ganaderos ha sido comprar mastines para que ejerzan de pastores y guarden y protejan su ganado en lugar de tener que atenderlas ellos mismos. Pero aunque los perros sean listos, no creo que lleguemos a ver el día en que un perro pueda sustituir a un pastor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario