Djuro y Moritz son los nombres de los dos últimos osos de Austría Central. Los dos son machos, y es que no solo en el Bearn francés hay "solterones". Lo peor es que la sinrazón humana ha causado esta situación, ya que estos dos ejemplares son los dos últimos supervivientes de un reintroducción fallida.
Tras la muerte en 1913 del ultimo oso en Austria Central, este animal desapareció por completo de la región. Pero en 1972 un joven macho procedente de Eslovenia recorrió unos 300 km hasta llegar a Austria Central, para por fin en 1973 asentarse definitivamente en la región de Ötscher, a la que se rebautizo como Ötscherbär (ya que bär es oso en alemán). De ahí en adelante el oso viajero también fue conocido por el nombre de su región.
Esta recolonización natural tuvo como resultado la protección de la zona y años después de la llegada de Ötscherbär un programa de reintroducción de osos encaminado a asentar nuevamente una población de osos pardos en Austria. Para ello se reintrodujeron a las hembras Mira en 1989 y Cilka en 1992, y por ultimo al macho Djuro en 1993.
Autor de la imagen: WWF Österreich
La
reintroducción fue todo un éxito y en 1991, dos años después de la
reintroducción de la primera osa nacieron los primeros oseznos en casi 100 años, fruto de la unión con
Ötscherbär. Este oso solo pudo ver su esfuerzo
recolonizador recompensado en otra ocasión, ya que un año después de nacer su segunda
camada de descendientes desapareció de su área habitual.
Pero aunque el mítico oso de la región desapareciera, sus genes han perdurado ya que
Moritz, su tataranieto nacido en 2001, es junto con el anciano
Djuro el último oso de la región.
A día de hoy la población esta
virtualmente extinguida ya que solo se han detectado a estos dos machos y Elsa la ultima osa
reproductora, fue detectada en 2006 con tres crías, tras lo cual sus oseznos y ella desaparecieron sin dejar ni rastro.
Esta
reintroducción aunque se puede considerar como un éxito en cuanto a parámetros
demográficos (31 oseznos nacidos en 13
camadas), ha sido un total fracaso en la consecución de su fin último; el establecimiento de una población viable. Esto ha sido debido al rechazo de la población local y al
furtiveo activo que ha hecho desaparecer a la practica totalidad de los osos.
Aunque podría suceder otro episodio de
colonización desde el norte de
Eslovenia, o desde el proyecto de
reintroducción del
Trentino, en Italia, es bastante improbable. Por eso es un rayo de esperanza el
ofrecimiento del gobierno esloveno de regalar 10 osos del cupo de 75 que van a ser cazados este año en su territorio.
Solo espero que esta vez, de realizarse finalmente una
reintroducción, se hagan primero los deberes y tenga éxito. Y por otra parte pediría a los responsables franceses que aprendieran de los errores cometidos en el pasado en otros proyectos de
reintroducción. Que se conciencie y que se llegue a acuerdos con la población local y que no se dejen de soltar osos en Pirineos hasta alcanzar una población viable, ya que sino solo podremos ir
contabilizando las bajas hasta que finalmente vuelvan a desaparecer. Eso si, esta vez delante de nuestros ojos y por nuestra culpa.
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